La selección embrionaria es uno de los pasos más importantes en el tratamiento de fecundación in vitro (FIV) y los avances tecnológicos han contribuido de manera decisiva para que este proceso sea lo más eficiente posible.
Los embriones a transferir en un tratamiento de reproducción asistida deben ser aquellos que presenten mayores posibilidades de llegar a implantar y permitan conseguir el nacimiento de un bebé sano. Para ello, los embriólogos responsables de llevar acabo la selección embrionaria tienen en cuenta los siguientes parámetros:
- Morfológicos: número y aspecto de las células que componen el embrión.
- Cinéticos: ritmo de división celular.
- Genéticos: composición cromosómica.
El desarrollo de nueva tecnología ha permitido perfeccionar los procesos de análisis de cada uno de estos parámetros y mejorar la selección embrionaria, aumentando las tasas de implantación y el nacimiento de bebés sanos. Algunos de estos avances son los siguientes:
Monitorización time-lapse. La monitorización embrionaria tradicional consiste en observar de manera periódica los embriones al microscopio, lo que eleva el riesgo de alterar la continuidad de su cultivo. Con la tecnología time-lapse, es posible monitorizar, esto es, visualizar de manera continua la evolución del embrión sin alterar las condiciones de incubación. Esta monitorización ayuda especialmente en la evaluación morfológica y cinética para determinar qué embriones tienen más probabilidades de implantarse y conseguir un embarazo.
Diagnóstico Genético Pre-Implantacional No Invasivo. Se trata de la tecnología más avanzada para conocer la genética del embrión y detectar una posible alteración cromosómica que pueda interferir en la implantación o en la consecución del nacimiento de un bebé sano. El Diagnóstico Genético Pre-Implantacional No Invasivo consiste en el análisis del ADN que el embrión libera en el medio de cultivo en el que se encuentra durante los primeros días de desarrollo in vitro sin poner en riesgo el embrión. De esta manera es posible descartar los embriones que presentan anomalías y seleccionar los que tienen más posibilidades de ser cromosómicamente normales para su posterior transferencia al útero.
Biopsia en estadio de blastocisto. El avance en los sistemas de cultivo embrionario permiten el cultivo prolongado hasta el quinto día de desarrollo, cuando el embrión cuenta con entre 80 y 100 células. Al quinto día de desarrollo las células del embrión se separan formando dos masas celulares diferenciadas: el embrioblasto, que es la masa celular interna, y el trofoectodermo, que dará lugar a la placenta. La biopsia se realiza obteniendo unas pocas células del trofoectodermo, minimizando el riesgo para el embrión, puesto que estás células son reemplazadas rápidamente.
Realizar la extracción y análisis de las células antes del día quinto de desarrollo puede afectar a la viabilidad del embrión, ya que el número de células aún es bajo. Asimismo, las células todavía no están diferenciadas y esto puede restar fiabilidad al diagnóstico.