El 4 de febrero se celebra el Día Mundial del Cáncer, una jornada de concienciación sobre la importancia de prevenir y tratar de manera precoz una enfermedad que constituye la principal causa de mortalidad en el mundo.

Según la International Agency for Research on Cancer de la Organización Mundial de la Salud, en 2020 se diagnosticaron más de 19 millones de nuevos casos de cáncer en el mundo y se prevé que la cifra supere los 30 millones en 2040. Sin embargo, la cifra de nuevos casos podría ser aún mayor, ya que no se ha podido valorar el impacto que la pandemia de COVID-19 ha tenido en la detección precoz de los tumores. Durante 2020 y 2021, muchos programas de cribado de cáncer se vieron afectados por la saturación de los servicios sanitarios y es posible que haya habido un importante infradiagnóstico.

 

¿Por qué son importantes las revisiones ginecológicas anuales?

En ocasiones, los tumores ginecológicos cursan sin síntomas en sus etapas iniciales o éstos se confunden con los de otras patologías benignas.

De hecho, muchas lesiones cancerosas suelen detectarse de manera casual en revisiones rutinarias y, lamentablemente, en un estadio avanzado. Por ello, las revisiones ginecológicas anuales y los programas de cribado son fundamentales para detectar de manera precoz cualquier anomalía y tratarla lo antes posible.

En el caso de la detección del cáncer, estas revisiones son especialmente importantes porque el pronóstico dependerá directamente de la fase en la que se haya diagnosticado y su extensión. Cuanto antes se detecte, mayores serán las posibilidades de curación y supervivencia. ¡No te saltes tu revisión ginecológica!

 

¿Cuáles son los cánceres ginecológicos más frecuentes?

El cáncer ginecológico más frecuente en nuestro país es el de mama, seguido a gran distancia por el de útero, endometrio, cérvix y ovario. En cuanto a los cánceres no ginecológicos, los más frecuentes en la mujer son el colorrectal y el de pulmón.

 

¿Qué pruebas incluye la revisión ginecológica?

La revisión ginecológica anual incluye una citología, una ecografía transvaginal, exploración mamaria, ecografía de mama y mamografía, cuando estén indicadas. Dependiendo de los resultados, tu ginecóloga puede programar algunas pruebas complementarias para confirmar o descartar un diagnóstico, como un cultivo vaginal, una histeroscopia o una biopsia, entre otras.

 

¿A qué edad deben iniciarse las revisiones ginecológicas?

Se recomienda empezar las revisiones ginecológicas a la edad en la que se inicien las relaciones sexuales o, en su defecto, a partir de los 19-20 años. A los 25 años se realizará la primera citología en pacientes de bajo riesgo.

 

¿Cómo se puede prevenir el cáncer ginecológico?

La mejor manera de prevenir los cánceres ginecológicos es acudir a las revisiones ginecológicas anuales y seguir algunas pautas relacionadas con el estilo de vida. El Código Europeo Contra el Cáncer, elaborado por la Comisión Europea, incluye 12 recomendaciones útiles y fáciles de poner en práctica:

  1. No fumar.
  2. Convertir el hogar y el puesto de trabajo en un lugar libre de humo.
  3. Mantener un peso saludable.
  4. Evitar el sedentarismo y hacer ejercicio a diario.
  5. Seguir una dieta saludable rica en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Reducir el consumo de azúcares y grasas, evitar la carne procesada y limitar el consumo de carne roja y productos ricos en sodio.
  6. No beber alcohol.
  7. Evitar la exposición excesiva al sol y utilizar siempre protección solar. No se deben usar cabinas de rayos UVA.
  8. Protegerse de sustancias cancerígenas en el trabajo (amianto, benceno, emisiones de motores diésel…) mediante el cumplimiento de la normativa de protección de la salud y seguridad laboral.
  9. Cuando se esté expuesto radiación procedente de altos niveles naturales de radón en el domicilio, se deben tomar las medidas necesarias para reducirlos.
  10. Optar por la lactancia materna siempre que sea posible, ya que disminuye el riesgo de cáncer en la madre.
  11. Seguir las recomendaciones de vacunación en la infancia (hepatitis B en los recién nacidos y virus del papiloma humano en las niñas).
  12. Participar en los programas de cribado de cáncer recomendados según la edad y el sexo.