El cáncer de ovario, cuyo Día Mundial se celebra el 8 de mayo, es el cáncer ginecológico que mayor mortalidad causa y es frecuente en las postmenopáusicas, afectando principalmente a las mujeres de entre 50 y 75 años, según recoge la Asociación Española Contra el Cáncer. Sin embargo, el diagnóstico precoz está permitiendo identificar cada vez más casos en mujeres jóvenes en edad reproductiva.
El diagnóstico del cáncer de ovario supone un gran reto, ya que en las etapas iniciales suele ser asintomático, y cuando aparecen los síntomas, suelen confundirse con los de otros trastornos de menor gravedad. Esto hace que muchas veces el diagnóstico del cáncer de ovario se haga en etapas muy avanzadas, cuando las opciones de tratamiento y curación son menores.
Debido a la falta de sintomatología, muchos casos de cáncer de ovario se diagnostican en revisiones ginecológicas rutinarias. Por ello, para mantener tu salud ginecológica es muy importante que no te saltes las revisiones anuales.
¿Cuáles son los síntomas del cáncer de ovario?
Los síntomas del cáncer de ovario pueden confundirse con los de otras afecciones benignas. Entre los más frecuentes están:
- Hinchazón abdominal.
- Molestias o dolor en la zona pélvica.
- Rápida sensación de saciedad, incluso con pequeñas cantidades de comida.
- Sangrado vaginal atípico.
- Pérdida de peso.
- Cansancio.
- Dolor de espalda
- Necesidad frecuente de orinar y trastornos intestinales.
¿Cómo se diagnostica el cáncer de ovario?
La ecografía transvaginal es la mejor aliada a la hora de detectar cambios sospechosos, anomalías y tumores ováricos. Esta prueba se realiza de manera rutinaria durante las revisiones ginecológicas anuales y es muy importante porque puede destapar los primeros signos de alarma no solo de cáncer de ovario sino también de otros tipos de tumores.
Otras pruebas diagnósticas complementarias son la detección de marcadores tumorales específicos para cáncer de ovario o técnicas de imagen más precisas, como la tomografía computarizada (TAC) o la tomografía por emisión de positrones (PET).
¿Se puede prevenir el cáncer de ovario?
No existe una manera de prevenir el cáncer de ovario, pero sí se han identificado algunos factores de riesgo, varios de ellos modificables, que pueden elevar las probabilidades de desarrollarlo. Si tenemos alguno de estos factores de riesgo, podemos intentar modificarlos y, cuando no es posible, extremar las revisiones ginecológicas para identificar y tratar cuanto antes cualquier alteración.
Algunos de los factores de riesgo son:
- Edad. Las posibilidades de sufrir un cáncer de ovario aumentan con la edad y es más frecuente en mujeres mayores.
- Alteraciones genéticas. Algunos genes, como los BRCA1 y BRCA2, asociados al cáncer de mama hereditario, también incrementan el riesgo de cáncer de ovario.
- Antecedentes familiares. Este tumor es más frecuente en personas que cuentan con familiares directos que lo han sufrido.
- Terapia hormonal sustitutiva en la menopausia. Algunos estudios demuestran que eleva el riesgo de cáncer de ovario.
- Sobrepeso y obesidad.
- No haber tenido ningún embarazo.
Revisiones ginecológicas, fundamentales para la prevención del cáncer
No nos cansaremos de repetir lo importante que es que acudas de manera frecuente a tus revisiones ginecológicas y que no te saltes ninguna. Las revisiones son la mejor herramienta para detectar de manera precoz no solo un posible tumor, sino también cualquier otro trastorno ginecológico.
En términos de salud ‘el tiempo es oro’ y el diagnóstico precoz es fundamental para iniciar cuanto antes un tratamiento y mejorar el pronóstico.